Art Hotel Villa Fiorella

La población es tan antigua como las colinas, pero el hotel no. En realidad, la villa es una construcción relativamente reciente y, tras la exhaustiva restauración efectuada en 2016, ofrece un aspecto totalmente moderno. En el interior, Villa Fiorella Art Hotel es todo madera clara, blanco inmaculado y amplios ventanales enmarcando el mar y el cielo. Las grandes protagonistas aquí son las vistas, ya sea desde la cama, desde la piscina infinita o desde una de las soleadas terrazas del hotel. Eso explica que la decoración sea minimalista: apenas hay color, nada que desvíe la atención de las espectaculares vistas, aparte de un motivo náutico por aquí, una rosa de tallo largo en un jarrón de cerámica por allá o un pequeño dibujo o pintura de un artista italiano en la pared. Después de todo, y tal y como indica el nombre, se trata de un hotel dedicado al arte, aunque el grueso de la colección se expone en el jardín de esculturas.

Todas las habitaciones, con excepción de las más básicas, dan al mar, pero incluso estas disponen de balcones y alegres cuartos de baño. Las junior suites por su parte, tienen bañeras exentas situadas entre la cama y las ventanas, mientras que las dúplex tienen dos niveles comunicados por una escalera abierta.

La combinación de blanco y azul también se hace presente en el restaurante acristalado del hotel, el Terrazza Fiorella, con un menú degustación a base de pescados y mariscos frescos y una gama de especialidades regionales revisitadas, todo con un inmejorable telón de fondo. Mientras saboreas un spritz en el Sky Bar verás Capri dibujándose a lo lejos, pero su Gruta Azul puede esperar: cuando pongas el pie en el Villa Fiorella, notarás que no tienes prisa por cambiar de lugar.

Atención: El Art Hotel Villa Fiorella abre por temporadas de abril a octubre.